domingo, 1 de fevereiro de 2009

Iraque visto pelo El País


Las familias endomingadas que volvían de votar eran el reflejo de la normalidad que ayer rodeó las elecciones provinciales iraquíes. Normalidad para los estándares de este país destrozado por la violencia que siguió a la invasión estadounidense de 2003. Para evitar atentados, todas las fronteras del país se encuentran cerradas desde la noche del viernes y durante toda la jornada electoral estuvo prohibido el tráfico rodado. "Ha sido un éxito, como una boda", declaró el portavoz del Ministerio de Defensa. Pero a pesar de la ausencia de incidentes graves y de la temperatura primaveral, las primeras estimaciones hablaban de una participación menor de la esperada.

"Queremos personas que nos den servicios y seguridad", declaraba Nivan Mahmud, erigida en portavoz de un grupo de mujeres que se dirigían a votar a la escuela nacional Ibn Haizam, al este de Bagdad. Convencidas de la importancia de su voto, no tenían inconveniente en revelar sus preferencias. "Vamos a votar la lista de Iyad Allawi porque fue buen primer ministro, pero sobre todo porque queremos gente laica. Ya hemos sufrido bastante con los partidos religiosos y sus sectarismos", explicaba Mahmud ante la anuencia de las demás, todas tapadas de la cabeza a los pies y suníes. Cuando un hombre les advierte de que tengan cuidado con lo que dicen, una de ellas se vuelve y le responde: "Estamos en una democracia".